La vida es fluida y cambia con el tiempo. Por eso, cuando has pasado mucho tiempo de un lado de la balanza y quieres un cambio, sueles experimentar el efecto del péndulo: te pasas de un extremo al otro, completamente opuesto.
Al principio, la misma inercia de estar en un extremo te lleva al extremo opuesto. Entonces, si por ejemplo, defiendes la monogamia a capa y espada, el efecto del péndulo te lleva a defender la libertad amorosa con todo tu ser.
Pero el efecto aparentemente radical del péndulo no es eterno. Eventualmente, el retroceso de un extremo al otro se va calmando hasta llegar a un punto más balanceado.
Recuerda que, a veces, parece que vas hacia aun extremo opuesto con much pasión. Pero, eventualmente, si lo piensas con calma, pude que encuentres un punto intermedio más sano para ti.
Sigue penduleando hasta encontrarlo. De eso se trata encontrar un balance. 😉